LLAMADORES DE ÁNGELES - LA LEYENDA..

LLAMADORES DE ÁNGELES

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¿QUÉ ES UN LLAMADOR DE ÁNGELES?

A. Los orígenes del llamador de ángeles

El llamador de ángeles, o bola de maternidad, es una joya indonesia única en su género. Las mujeres balinesas llevan este largo colgante durante todo el embarazo para proteger a sus bebés. Este collar largo serviría para atrapar a los malos espíritus. Algunos modelos de llamadores provenientes de Bali son además muy reconocibles gracias a su diseño, muy étnico y tradicional y a base de gravados y arabescos.

B. La bola de maternidad, una joya que permite crear un vínculo con el bebé

En la cultura occidental, las mujeres embarazadas portan la bola de maternidad para crear un vínculo con sus bebés. A partir del 4o mes de embarazo, el bebé empieza a desarrollar la audición. Por ello, la melodía que produce el llamador de ángeles, gracias a las bolitas de cobre situadas en su interior, reconforta y tranquiliza al bebé, el cual aprende a reconocer este sonido tan suave a lo largo de todo el embarazo, dentro del útero.

C. Una joya que se guarda tras dar a luz

La joya puede seguir reconfortando al bebé incluso después de su nacimiento. La mamá puede, por ejemplo, colgar la joya en la cuna del bebé, o incluso en su objeto transicional. El recuerdo de ese sonido que tan bien conoce le resultará tranquilizador. El efecto apaciguador funcionará siempre, ya que el bebé recordará muy bien esa música, tan familiar para él.



LA LEYENDA DE LOS LLAMADORES DE ÁNGELES...

Cuenta la leyenda que hace miles y miles de años, los humanos vivían junto a sus Ángeles Guías o Ángeles de la Guarda, quienes se encargaban de protegerlos y cuidarlos a cada paso que daban. Sin embargo, por algún motivo, debido probablemente al pecado original, los Ángeles de la Guarda tuvieron que abandonar a los humanos y mudarse a otro lugar.

Antes de partir, conmovidos por la situación, los Ángeles de la Guarda decidieron mantener una forma de comunicación directa con los humanos, de forma tal que pudieran llamarles si estuvieran en un apuro. Así, les regalaron unos talismanes, unos pequeños colgantes esféricos de plata que al agitarlos emitían un sonido parecido al de una campanilla.

Entonces, los Ángeles de la Guarda se despidieron de los que hasta ese momento habían sido sus compañeros y les explicaron por qué no podían seguir viviendo juntos y que, probablemente, no volverían a verse. Sin embargo, también les dijeron que, si por alguna razón estaban en peligro o se sentían tristes, desamparados o desesperados, lo único que tenían que hacer era agitar esa pequeña esfera para llamarles.

La esfera emitiría un sonido sutil que llegaría hasta los oídos del Ángel de la Guarda de cada humano, quien enseguida acudiría en su auxilio. Obviamente, los colgantes eran de uso exclusivo, personal e intransferible, pues cada uno emitía un sonido propio que solo podía reconocer su Ángel de la Guarda. En el momento en el que el humano se saltara esa condición, la magia y protección del colgante desaparecería para siempre.

También les explicaron a los humanos, que las futuras madres podían compartir su colgante con su bebé durante el embarazo ya que, en esta etapa, madre e hijo eran uno solo y compartían la protección de un mismo Ángel de la Guarda. No obstante, en el momento en el que la madre diera a luz, debería decidir si se quedaría con el colgante para su protección o si se lo daría a su hijo para que siempre estuviera seguro.

Y, luego de dar todas las explicaciones, se fueron para nunca más regresar, dejando los colgantes en manos de los humanos, como un símbolo de protección.

¿Mucho más que un mito?

Más allá de su atractivo como joya y su uso como talismán, hay quienes afirman que los llamadores de ángeles son una buena herramienta para calmar al bebé en el vientre materno. Al parecer, el sonido rítmico y sutil que emiten estos colgantes podría tener un efecto relajante en los niños, lo que explicaría por qué dejan de dar patadas y de moverse tanto dentro del vientre de la madre que lleva un llamador de ángeles.

Esa no es la única ventaja que se les atribuye. En teoría, los llamadores de ángeles también serían útiles para tranquilizar a los bebés, ayudándoles además a conciliar más rápido el sueño. Una vez más, el responsable es el sonido que emiten, el cual les recuerda a la seguridad y tranquilidad del vientre materno. De hecho, se afirma que hacer sonar de forma rítmica el llamador de ángeles es una buena estrategia para calmar a los pequeños cuando están incómodos o ansiosos.

También se cree que ayudan a que los bebés que vienen de nalgas se den la vuelta en el momento del parto. En este caso, el llamador de ángeles debe colocarse en la zona más baja de la barriga, cerca del pubis de la madre, y hacerlo sonar. Se piensa que el bebé buscará el sonido instintivamente y cambiará su posición para acercar el oído a la melodía que emite el colgante.


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